Amor carcelario: ¿cómo se enamoran de los presos?

Los casos de mujeres enamoradas de convictos peligrosos, aún después de condenados, sorprende a muchas personas en el mundo, pero es algo que se repite a menudo. ¿Confianza ciega o valentía?


Cuando en 2008 Berta André reiteró su compromiso ante la Cámara Penal de La Plata de mantener con su jubilación y en su casa del barrio de Belgrano a Ricardo Barreda, sabía -con detalles- que su pareja, su novio, el elegido, era un múltiple asesino. El odontólogo cumplíaperpetua por haber fusilado en 1992 a su esposa, a su suegra y a sus dos hijas en la ciudad de las diagonales. Pero ella lo quería, lo quiere, o lo que sea. Más de 16 años juntos, y varios de convivencia por la prisión domiciliaria y la condicional, no son macana. Para nada. Se conocieron cuando ella visitaba a uno de sus familiares que también estaba detenido en la Unidad 9 de La Plata. Así arrancó el romance, las cartas, los encuentros, el amor, el sexo. Las rejas no separaron lo que ellos unían. Los barrotes atestiguaron del noviazgo, que no precisó de alianzas ni sacramentos. Y ahora, si la Justicia lo permite, tal vez van por más. Ya no son los mismos, lo saben, aunque siguen.

¿Qué sienten estas mujeres que eligen a hombres que fueron o que todavía son peligrosos? ¿No temen por sus vidas? ¿Confían demasiado? ¿De qué se enamoran cuando son seducidas por presos? “La encriptofilia es la atracción que poseen algunas personas por vincularse sentimentalmente con personas que se encuentran privadas de su libertad: homicidas, personas violentas, etc. Es una forma de parafilia, es decir, cuando la fuente predominante de placer no se encuentra en la cópula, sino en un objeto cosa o actividad que lo acompaña”, le explicó a TN.com.ar el criminólogo Lucas Bravo Berruezo. Según detalló el especialista, “la atracción no pasa por la situación en que se encuentran (en referencia a las detenciones) sino por lo que hicieron, configurando lo que son. La persona siente atracción o enamoramiento por individuos privados de su libertad, por haber cometido delitos graves y moralmente reprochables”.

La clave está en discernir que no hay el interés en el encierro o en la lejanía que separa a los dos amantes. El acento está en los hechos cometidos por los detenidos. “El trasfondo de esta desviación de la esfera afectiva se vincula con la fantasía de ayudar y proteger al individuo preso, sustentado en la creencia que con su protección y apoyo volverán al camino correcto, como lo haría una madre por su hijo”, agregó Bravo Berruezo. Aunque no puede generalizarse sobre el desenlace de este tipo de relaciones, en la mayoría de los casos en aquellos individuos con personalidades violentas “raramente se producen cambios de comportamiento”. Sin embargo, el criminalista no descarta que “el recluso al salir de prisión adopte una forma diferente a la que tenía antes y durante su encierro”, lo que conllevaría a un cese del leitmotiv que enamoraba en un inicio.

Charles Manson, uno de los criminales más famosos de la historia norteamericana, podrá casarse con la chica de 26 años que lo visita en la prisión. La licencia fue concedida el pasado 7 de noviembre al octogenario y a Afton Elaine Burton, quien hace nueve años se mudó desde su casa de Midwestern a Corcoran (California) para estar cerca de la celda. La Justicia determinó que Manson estará entre rejas hasta que se muera por una sentencia por conspiración e incitación a la violencia. Sus secuaces, «La Familia», llevaron a la práctica los homicidios planeados por él: fue autor intelectual del asesinato de Steven Parent, Jay Sebring, Abigail Folger, Voytek Frykowski y Sharon Tate, la mujer del director Roman Polanski.

El emblemático caso de Charles Manson.
El emblemático caso de Charles Manson.

Otros casos

Pablo Amín, en octubre de 2007, llegó a Tucumán desde Santiago del Estero por un evento de la empresa Herbalife para la que trabajaba. Él y su esposa María Marta Arias se hospedaron en el lujoso hotel Catalinas Park, frente al parque 9 de Julio. Todo aparentaba normalidad hasta que Amín la atacó en la habitación: le sacó los ojos, le mutiló la vagina y la ahorcó. Lo encontraron pateando el cadáver por las escaleras, mientras aducía “emoción violenta”. Pese a sus intentos por demostrar lo contrario, la Justicia lo consideró punible y le dictó la perpetua que cumple en un penal de máxima seguridad de Villa Urquiza.

Años después, el amor arribó ¿de nuevo? a la vida de Amín. Carolina de 33 años, una mujer que hace tres años habló en exclusiva con Radio LV7, contó que lo conoció por brindarle ayuda espiritual en una internación y luego durante su detención. Se llamaban, se escribían cartas, letras de amor y se amaban. Ella dijo estar “enamoradísima” y que pensaron en casarse. Sin embargo, una resolución judicial rechazó las visitas higiénicas. En ese entonces, 2011, el Diario Panorama citó al director del Servicio Penitenciario de Tucumán, Roberto Guyot, cuando explicó que era «muy peligroso» dejar a Amín en compañía de una mujer. Los encuentros debían ser públicos, de una hora y supervisados.

*Fabián Tablado mató a Carolina Aló de 113 puñaladas. La condena por el crimen de su novia alcanzó los 24 años, que todavía cumple en un penal de Baradero ya que le niegan su excarcelación pese a que ya purgó los dos tercios de la pena. El año pasado, el sentenciado recibió dos años y medio más de pena efectiva por las amenazas que recibió su exmujer, Roxana Villarejo, a quien conoció mientras estaba tras las rejas por el homicidio y quien aceptó casarse con él. Juntos tienen dos hijas.

 

Fuente: Por Badiha Sebih para TN

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