¿Negligencia y abuso de poder? ¿Defensa personal? ¿Un trabajo correctamente realizado? Determinar la línea que divide la acción de uno de los custodios del Gobernador, es complicado. Lo cierto es que un hombre está internado por los disparos que recibió del guardaespaldas de José Luis.
El desafortunado hecho sucedió el jueves. Aparentemente, el custodio habría observado a una persona en “actitud sospechosa” por las inmediaciones de la casa del Gobernador, en Capital. Según la versión del propio custodio, de un momento a otro el hombre perseguido sacó un revólver. Ante esto, el guarda espaldas disparó sin más, hiriendo al sospechoso.
No sabemos quién se espantó de quién, ni si realmente los sucesos se dieron de esa manera. Lo cierto es que existe una hipocresía muy grande. Por un lado, aunque al gobierno le guste fabular con que la inseguridad “no es para tanto”, pareciera que a la primera sospecha sus custodios tienen órdenes de disparar. Por otro, seguramente el hombre que disparó no reciba la investigación pertinente.
El supuesto sospechoso recorría la zona acompañado en una moto. Los custodios aseguran que buscaban alguna vivienda para saquear, y al primer intento de acercamiento, se habrían fugado.
En este momento, tras la persecución del custodio, uno de los hombres sacó el revólver y por eso, terminó en el Hospital Rawson. Alejandro Castillo, de 21 años, fue quien terminó hospitalizado con herida de bala en una pierna.
