La exposición de empleo que convoca a jóvenes de entre 18 a 35 años en La Rural de Capital Federal despierta posturas encontradas entre los interesados. ¿Cuál es el conflicto?
Algunos encuentran la posibilidad de anotarse en las Oficinas de Empleo, otros suben sus curriculums a los sitios web donde las empresas expositoras les dicen que lo hagan. Mucha demanda, pero una oferta acotada a ciertos capitales privados. Ese panorama se encuentra en la Expo Empleo Joven 2017 organizada por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en el predio de La Rural.
Entre todas las empresas -algunas muy reconocidas como Mercado Libre, IBM, JP Morgan, Exo, Farmacity, Telecom, YPF, Unilever, HSBC, Ernst & Young y SAP- presentaron 11.000 puestos de trabajo. En los dos primeros días, 15.000 de los concurrentes entraron en proceso de selección. La estadística también duplica a los asistentes el año pasado.
Sin embargo, muchos jóvenes denunciaron vía redes sociales, que la muestra básicamente es la entrega de folletería, cursos de redacción de curriculums o pitching frente a futuros jefes, pero nada de tomas de empleo, como si todo se tratase de una simple muestra laboral.
Sin embargo, Sebastián Siseles, director internacional de Freelancer.com, intentó explicar como funciona el sistema. «Acá la mayoría estudia Abogacía, Medicina o para ser contadores. Pero las empresas, cada vez más tecnológicas y digitalizadas, están buscando perfiles como ingenieros en sistemas o licenciados en informática. Esto provoca una brecha entre lo que los jóvenes saben y lo que las empresas buscan».
Siseles se refirió a una «crisis de empleo» en la que las empresas buscan ciertas características y los jóvenes -luego de la Universidad- salen con otras distintas. «Por las siglas en inglés que son STEM -Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemática- son las profesiones del presente y del futuro, donde más se va a estar buscando talento por parte de las empresas», sostuvo.
Según un relevamiento del Centro de Innovación de los Trabajadores (CITRA)- CONICET, que funciona en la UMET, la tasa de desocupación entre los jóvenes de 15 a 24 años creció de 19 al 24,6% en el segundo trimestre de 2016 frente al mismo período del año anterior. Ese número es 2,6 veces superior al promedio de desempleo en el país.
“Esperábamos a mil jóvenes, pero vinieron muchísimos más”, reconoció ayer Fabián Pereyra, director de Política de Juventud del Gobierno porteño, cuando la imagen de las colas frente a La Rural circulaba como una noticia amarga las redes y pantallas de tv.
El funcionario justificó la ola con el argumento de que “el 70% vino a cambiar de trabajo” y sólo un “12,5% estaba desempleado”.
Algunos de los testimonios recogidos directamente de los beneficiarios fueron los de Pablo Gutiérrez y Aylen Altamirano, quienes habían llegado desde Villa Martelli con un grupo de compañeros, egresados en diciembre del secundario. “Había tanta gente que no se podía ver prácticamente nada. Estaban saturados”, dijo él. Celular en mano, los chicos seguían la noticia por las redes. “Dijeron que había trabajo para 10.000 y vinieron 350.000. Obviamente, no había para todos, pero no le veo el sentido a hacerte viajar para esto”. Aylén apuntó que le pedían experiencia previa: “¿cómo la voy a tener con 18 años”, preguntó.
