Una escuela rural de Caucete ganó 1 Millón de pesos en un importante concurso

El primer puesto del premio «Maestros Argentinos 2019» se lo llevo una escuela secundaria rural del departamento de Caucete por un trabajo sobre robótica. Ganaron $1.000.000.


$1.000.000 de pesos será el premio que recibirá la Escuela rural secundaria «Obispo Zapata» de Caucete, San Juan, que ganó el primer lugar en el certamen «Maestros Argentinos 2019», organizado por el Ministerio de Educación de la Nación para incentivar el proyecto que la institución presentó en la competencia.

Este año se realizó la cuarta edición de «Maestros Argentinos», los organizadores establecieron que tendrían en cuenta proyectos que contemplaran el uso creativo de la tecnología, la conciencia ambiental, la solidaridad o la creatividad artística.

En el día de ayer, en el Centro Cultural Kirchner y en un acto que encabezó el presidente Mauricio Macri, se anunció a la escuela de Caucete como ganadora entre diez finalistas.

«Estamos muy emocionados. Los chicos todavía no caen: es la primera vez que viajan en avión, la primera vez que visitan Buenos Aires. Esta es una gran motivación: los alumnos son como un motorcito que empuja. Fueron ellos los que insistieron para que investigáramos los kits de robótica que nos habían mandado y que los docentes no sabíamos manejar. Gracias a ellos nos capacitamos y este premio sirve para seguir profundizando el trabajo», dijo Wilson González, docentede Geografía de la escuela.

El grupo, según cuenta González, surgió el año pasado: «Los chicos fueron aprendiendo lenguaje de programación y el uso de robots. Y desarrollaron juegos relacionados a lo ambiental, especialmente lo vinculado al reciclaje. Cuando empezó, del club participaban veinte alumnos; hoy son setenta. Uno de cada tres alumnos de la escuela es parte del club, que está atravesado por distintas materias. Yo, por ejemplo, uso nociones de robótica y programación para medir distancias o desarrollar mapas digitales en las clases de geografía. La profe de inglés les enseña el lenguaje técnico de programación, y la de matemáticas trabaja con los algoritmos».

«Estos recursos atraen a los chicos: esta es una escuela rural, muchas veces los chicos se sienten acomplejados respecto de los chicos de la ciudad, y muchos encontraron en la robótica y la programación un lugar para sentirse menos inseguros y menos tímidos. Es un estímulo porque la escuela les habla en un lenguaje que los entretiene. A mí me empezó a pasar algo que nunca había imaginado y que es maravilloso: termina la hora, suena el timbre y los chicos me dicen «‘no profe, quédese'», finaliza González.

 

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