En 2014 los reclamos contra la inseguridad crecieron a un ritmo vertiginoso, mientras tanto, el Gobierno de San Juan perdió tiempo en poner y sacar Jefes de Policía a su antojo. ¿Qué hubo detrás de estos cambios?
Diciembre del año pasado significó un antes y un después en el historial policial de nuestro país. Los paros de la Policía comenzaron en Córdoba y se extendieron al resto de las provincias, en reclamo de aumento de salario y reconocimiento de otros derechos postergados. Sí, la Policía se levantó con el mejor estilo sindicalista y los ciudadanos optaron por dos caminos: el apoyo, la crítica y lo peor, el total desacato. Hubo saqueos y miedo ¿es que la Policía también puede manifestarse? Y sí, demostraron que más allá de su profesión, son humanos y tienen necesidades.
Lo cierto es que el miedo superó a la realidad. En medio de esta semana de “caos” en San Juan el Comisario Abel “tolerancia cero” Hernández asumía como nuevo Jefe de la Policía, exactamente el 9 de diciembre del 2013, luego de la renuncia del Comisario José Orlando Luna. A poco menos de un año de gestión, Hernández salió por donde vino, dando paso hace una semana a un nuevo Jefe, Comisario Mayor Retirado Adolfo Juan Jofré.
Pero, en la vida política nada es casualidad. En aquel diciembre no tan lejano, el Gobierno de San Juan se vio en la urgencia de actuar ante los inconvenientes en la Policía, y cambiar las autoridades, con la esperanza de que las tensiones sociales bajaran. Llegó Hernández, con 48 años y un discurso un tanto polémico.
Además, no podemos olvidar que en ese momento presidía la gobernación Sergio Uñac, dado que Gioja se encontraba luchando por su vida luego del accidente en Valle Fértil.
Lo que el Comisario no sabía es que en estos puestos interesa más la obediencia que la capacidad de gestión, y el 2014 no sería un año fácil para comandar el barco. La impronta de Hernández generó expectativa en la sociedad, que trae consigo la paranoia social que acompaña a toda crisis económica, sumado al acting mediático en vistas a las elecciones del año que viene, que busca debilitar al oficialismo.
Responder a la demanda de seguridad de la gente y responder a los intereses del Gobierno paralelamente no debe ser tarea fácil. Así “lo fueron” a Hernández. Luego de una semana en la que se rumoreaban “desencuentros” entre el Ministro de Gobierno Adrían Cuevas y el comisario, se dio al fin la renuncia. Se habló de supuestos malos tratos desde la Subsecretaría de Inspección y Control de Gestión hacia los uniformados, que el Jefe no toleró y luego de los operativos del 21 de septiembre habría saltado la térmica.
¿Será que, en el fondo, papá Gioja no tenía a Hernández entre sus preferidos? ¿Qué hay detrás de la renuncia de Hernández? El Comisario lo venía anticipando. De hecho, pareciera que desde que Sergio Uñac lo nombró como Jefe desde la cúpula sabían que sería transitorio.
Una época de redefinición marca a la institución policial. La inseguridad está primero en la ranking de los reclamos, y condicionará sin duda las elecciones del año que viene. Por eso las fuerzas políticas comenzaron a jugar desde los “desbordes” del año pasado. Mientras juegan, no planifican seriamente ni dejan planificar y tampoco trasmiten respeto por una profesión que hace tiempo es pisoteada desde arriba y desde abajo.
En San Juan ya perdimos casi un año en el que el Gobierno podría haber construido junto a la Policía un plan de seguridad con bases firmes, pero una vez más ganó la obediencia, el ego y verticalismo giojista. Continuará…
