Estados Unidos mantendrá sus tropas en Afganistán

El Acuerdo Bilateral de Seguridad (BSA) permitirá la presencia militar estadounidense en suelo afgano tras la retirada de la OTAN a fines de 2014. Prevén la presencia en el país de 9.800 soldados de Estados Unidos hasta fines de 2015.

Reunidos, todos juntos.
Reunidos, todos juntos.

 

 

El recién nombrado consejero de seguridad del nuevo presidente afgano, Hanif Atmar, y el embajador de Estados Unidos en Afganistán, James Cunningham, firmaron el acuerdo en el Palacio Presidencial en Kabul, según mostró en directo la televisión local Tolo. Atmar también suscribió un nuevo pacto de seguridad con la OTAN, que fue rubricado por el embajador de la Alianza Atlántica en Afganistán, Maurits Jochems, informó la agencia de noticias EFE. Los acuerdos prevén la presencia en el país de 9.800 soldados de Estados Unidos hasta fines de 2015, que se reducirán progresivamente hasta el mínimo necesario para operaciones de seguridad y labores diplomáticas a fines de 2016.

Estados Unidos indicó que la misión de estas tropas es el entrenamiento de las fuerzas afganas y apoyo en operaciones antiterroristas contra el remanente de Al Qaeda. La firma de los acuerdos militares se producen un día después de la toma de posesión del nuevo mandatario de Afganistán, Ashraf Gani, quien había anunciado que si ganaba las elecciones rubricaría el pacto con Estados Unidos, y que hoy se encontraba presente durante el acto. Gani, tras la rúbrica de los acuerdos, agradeció al anterior mandatario, Hamid Karzai, haber establecido todos los detalles de los tratados y afirmó que la Loya Jirga, o asamblea tradicional afgana, «aprobó» los dos pactos.

Países como Alemania e Italia contarán con efectivos en suelo afgano junto a los estadounidenses, con lo que a principios del próximo año habrá en Afganistán unos 12.500 soldados extranjeros. En la actualidad, 48 países participan en la misión de la ISAF con 41.124 soldados, de los cuales unos 28.970 son de EEUU, según los últimos datos de la OTAN. En junio del pasado año, los miembros de la ISAF cedieron definitivamente el liderazgo en el teatro de operaciones bélicas a las Fuerzas Armadas afganas, a las que se les provee apoyo y entrenamiento.

El conflicto de Afganistán se halla en uno de sus momentos más sangrientos desde la invasión de Estados Unidos, que propició la caída del régimen talibán en 2001. La violencia es especialmente cruenta con la población civil: en los seis primeros meses de este año perdieron la vida 1.564 civiles, un 17% más que en la primera mitad de 2014, mientras que los heridos aumentaron a 3.289, un 28% más.

 

Fuente: TELAM

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