Dicen que la historia la escriben los que ganan, y estemos de acuerdo o no, muy errados con ese dicho no están. Repaso algunos momentos, me detengo en las luchas estudiantiles que hicieron historia en Argentina y me pregunto: ¿los estudiantes alguna vez ganamos?
Pareciera que no, pero sí: nuestras voces toman forma aunque para eso tenga que pasar el tiempo. Hoy San Juan tiene en sus manos un proyecto que condensa casi un siglo de lucha estudiantil, que de hecho se llevó la vida de estudiantes por parte de la represión del Gobierno de la Dictadura.
El Boleto Educativo Gratuito y Universal o BEGU es pionero en las agendas de reclamo de estudiantes universitarios y secundarios en todo el país, y acompañó desde la Reforma Universitaria de 1918 la defensa de sus principios y la constancia de que el famoso “arancel” nunca formara parte de la universidad pública.
A pesar de los intentos masivos estudiantiles durante décadas por lograr que los gobiernos escuchen este reclamo, el periodo final de la década ganada quiso llevarse los laureles y hoy el BEGU se debate en la mayoría de las legislaturas del país impulsado a nivel nacional por el oficialismo. Es triste caer en la competencia partidaria cuando hablamos de algo trascendental como el boleto gratuito, pero más triste es que no se reconozcan las luchas que existen detrás de una vasta cantidad de actores sociales de diferentes colores políticos e ideológicos.
En San Juan el Proyecto BEGU ya tomó estado parlamentario de la mano del Diputado de ACTUAR Juan Sansó. La Federación Universitaria de San Juan, que agrupa a los diferentes centros de estudiantes de la Provincia, en conjunto con representantes de la Agrupación Franja Morada y la Juventud Radical de San Juan, inició el proyecto en la Provincia.
Esta iniciativa ya fue aprobada o recibió media sanción en otras jurisdicciones. En San Juan el boleto gratuito apunta a cubrir no solo educación primaria, secundaria y terciaria, sino a docentes y personal auxiliar. Muchos expresaron su incredulidad respecto a la realización de este proyecto, pero lo cierto es que los fondos están especificados.
En el resto del país se sugiere que el dinero para costear el boleto educativo provenga de juegos y casinos, un negocio que mueve millones de pesos mensualmente. Además, en San Juan se propuso incluir un porcentaje de las regalías mineras.
Este proyecto no se tratará de “soplar y hacer botella”. Sabemos cómo los intereses políticos prevalecen por encima de las causas justas. ¿Cuántas cosas no se lograron, entreveradas en medio de chapeos políticos?
Inicie quien inicie, presente quién presente y más allá de quién y por qué tome las riendas, el BEGU debería aprobarse en todo el país y merece un serio debate. La educación pública no es solo entrar a una institución y recibir enseñanza sin pagar un peso. En provincias como la nuestra donde ni siquiera el boleto escolar es universal, es necesario equilibrar el acceso a determinantes de la educación, como lo es el transporte.
Los estudiantes sanjuaninos lo entendieron hace tiempo y se movilizaron: la calidad en educación, es prioridad. Esperaremos una vez más que la lucha por el boleto gratuito se toma en cuenta seriamente.
