Discurso antagónico: La in – sensación de seguridad

Un punto clave que se debatirá y definirá el resultado de las próximas elecciones generales será la inseguridad, tema del que todos los postulantes deberán hablar y definir en sus proyectos. Lo cierto es que existe un discurso marcadamente antagónico al respecto, ya que quienes vivimos en este país sabemos que la inseguridad no es una sensación, pero por parte de las autoridades gubernamentales y la Policía, se advierte que “no es para tanto”.


 

Es necesario mantener el juicio crítico y no dejarse compeler por los discursos extremos tanto de un lado como del otro. Ni somos el país más inseguro del mundo, ni el polo opuesto. Debemos reconocer que las instituciones encargadas de velar por la seguridad interna dejan mucho que desear, y es notoria la falta de un plan serio en este sentido.

Mónica Lucero es Jueza Correccional en San Juan, y brindó una entrevista al Nuevo Diario en la que expresa sin pelos en la lengua su opinión sobre la inseguridad en la provincia, desde su experiencia. Ella sostiene firmemente que de ninguna manera la inseguridad es una sensación y afirma que “es una realidad absoluta, a lo que se le suma hoy un gran tema: la impunidad, porque nuestro sistema procesal no puede dar una respuesta adecuada a esto”.

Técnicamente, no estamos preparados para ponerle el pecho a este bache en el sistema. Cuando tapamos la realidad solo permitimos que por detrás se siga gestando. Es complejo, no se soluciona en una nota, o en un discurso. Pero desde el vamos, no podemos resolverlo si el propio Gobierno o la Policía lo niegan.

Inseguridad

 

Por otro lado ¿cómo podrían aceptarlo de lleno? La sociedad suele entrar en un círculo de “pánico” cuando los medios opositores al Gobierno muestran hechos de inseguridad constantemente y advierten que la situación es grave. Que por más razón que haya en eso, admitamos que también se convierten en extremistas. Si a esto le sumáramos la aceptación del Gobierno, podría generarse un caos.

“La inseguridad está creciendo y hay que tomar las riendas en esta situación de manera urgente”. Si escuchamos a José Luis Gioja, por ejemplo, admitir esto, quizás el efecto sería parecido al de los comportamientos económicos.

Es complicado. Más allá de los discursos, no podemos permitir que nuestros gobiernos sigan haciendo NADA, que nuestra Policía no esté preparada como corresponde y que la Justicia funcione como un tren viejo que puede descarrillar de un momento a otro.

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