Es el nuevo Impuesto a la Renta Financiera. El mismo gravará con Ganancias a la tenencia de Letras, utilidades de bonos y Plazos Fijos, entre otras cosas.
La nueva normativa vigente dispone el pago del entre el 5 y 15% de las ganancias que excedan los $67.000 anuales. También se deberá tributar por la compra-venta de dólares, el cobro de alquileres y por los beneficios obtenidos de acciones que coticen en el exterior.
Además, el impacto será retroactivo al 1 de enero de 2018 por las utilidades registradas por colocaciones de capital.
Grosso modo, se sabía con anterioridad que el impuesto sería del 5% para inversiones en pesos sobre el mínimo no imponible, de $66.917,91 anuales. Y que el gravamen sube a 15% sobre el excedente de ese monto para el ingreso generado a través de activos en dólares o en pesos ajustables por inflación (UVA o CER).
La ley original que se votó como parte de la Reforma Tributaria aprobada a fines de 2017 indicaba que los títulos públicos en dólares y acciones extranjeras tributarían un 15%, mientras que los instrumentos en pesos como plazos fijos, bonos, letras del Gobierno (Lebac y Lecap) tributarán 5%. Solo quedan exentas del impuesto los fondos en cajas de ahorro, inversiones en acciones de empresas argentinas y las ganancias resultado de una valorización de cuotas partes de fondos comunes de inversión con un mínimo de 70% en acciones argentinas.
Desde Hacienda habían anticipado que se daría la opción a los ahorristas de afectar los intereses recibidos en el período fiscal 2018 al costo computable del bono, disminuyéndolo en ese monto, como finalmente se especificó en el último párrafo del decreto reglamentario.
