El ministro de Relaciones Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, se sumó a la ola de rechazos diplomáticos lanzados por Ankara tras la utilización del término «genocidio» por parte del Papa en la misa realizada ayer en homenaje a las víctimas de la matanza contra el pueblo armenio.
En una conferencia de prensa, Cavusoglu no descartó otras medidas y subrayó que «los pasos que se tomarán se harán públicos después de las consultas».
«El genocidio es un concepto legal. Pero las declaraciones del Papa revelan una discriminación hacia los musulmanes y turcos por parte de los cristianos», aseguró el ministro turco.
«Aquí hay una contradicción y discriminación», insistió Cavusoglu, quien defendió la versión oficial turca que interpreta que las masacres de armenios entre 1915 y 1925 fueron consecuencia de un conflicto en el que murieron también colectivos musulmanes.
Los dichos del diplomático turco se suman a la fuerte reacción de su gobierno frente al sermón pronunciado por Francisco ayer en la Basílica de San Pedro, que incluyó la convocatoria al nuncio apostólico en Ankara y el inmediato llamado a consulta del embajador turco en el Vaticano.