Aniversario de dolor: a 14 años de Cromañón

El grupo de rock Callejeros cerraba el 2004 con tres recitales en el boliche «República Cromañón». El último iba a marcar por siempre a las familias de las 194 personas que fallecieron, a los sobrevivientes, a la sociedad que iba a vivir el fin de año más silencioso y triste que se recuerde.


A 10 años del juicio oral por la tragedia de Cromañón hablan los jueces: «Cada relato era convivir con la muerte y cuando terminamos lloramos todos». María Maiza y Marcelo Álvero juzgaron a Chabán, los Callejeros y ex funcionarios. Hablaron por primera vez con un medio y contaron cómo fue todo el proceso por dentro: las dificultades para hacerlo, la relación con los sobrevivientes y la violencia el día de la sentencia.

El grupo de rock Callejeros cerraba el 2004 con tres recitales en el boliche «República Cromañón». El último iba a marcar por siempre a las familias de las 194 personas que fallecieron, a los sobrevivientes, a la sociedad que iba a vivir el fin de año más silencioso y triste que se recuerde, a los que luego se convertirían en condenados y al Poder Judicial, aunque para eso faltaba mucho.

Eran las 22:50 del 30 de diciembre cuando los músicos subieron al escenario. Comenzaron a tocar el tema «Distinto», lo que fue acompañado por bengalas, un ritual de los fans de Callejeros que la banda alentaba. No llegaron a terminar la canción cuando una pirotecnica tipo «candela» impactó en la media sombra del techo, se prendió fuego, el foco se extendió y llegó a una capa de espuma de poliuretano y otra de guata que estaban sobre la media sombra. El resultado fue emanaciones de cianuro de hidrógeno, dióxido de carbono, monóxido de carbono, óxido de nitrógeno y vapores de isocianato. Todo tóxico.

Del techo comenzó a caer fuego, la luz del boliche se cortó y ante el pánico la gente comenzó a salir en avalancha. El lugar estaba habilitado para poco más de mil personas pero había más del triple, no tenía permitido hacer recitales, solo funcionaba uno de los tres extractores, entre otras irregularidades. Fue un trampa mortal. Las puertas de ingreso habían sido cerradas y la salida de emergencia tenía un candado para evitar que la gente que no tenía entradas pudiera ingresar.  «Era como la cámara de gas del nazismo», graficó años después un perito cuando declaró en el juicio oral.

194 personas fallecieron y 1432 resultaron heridas. Padres perdieron a sus hijos, hijos a sus padres, hermanos, amigos del barrio. Fue la peor tragedia no natural que tuvo el país.

¿Era previsible lo que ocurrió en Cromañón? Minutos antes del recital, Omar Chabán, gerenciador de Cromañón y que falleció en 2014 mientras cumplía prisión domiciliaria, le pidió al público que deje de usar bengalas. «Vamos a morir todos como en Paraguay», les dijo en referencia a un incendio que había ocurrido en agosto en un shopping de ese país. «¿Se van a portar bien?», le preguntó Patricio Fontanet, cantante de Callejeros, al público y le pidió que le hagan caso a Chabán.

¿Por qué Cromañón funcionaba con tantas irregularidades? Porque inspectores y oficiales de la Policía Federal cobraban coimas para no controlar o entregar certificaciones falsas.

Tres años y ocho meses después -el 19 de agosto de 2008- iba a comenzar el juicio oral contra 15 acusados, entre Chabán, los músicos de Callejeros, funcionarios del gobierno de la Ciudad y oficiales de la Policía Federal. Y para el Poder Judicial iba a ser histórico.

El proceso duró un año exacto-el 19 de agosto de 2009 se dio la sentencia-, declararon 300 testigo y la sentencia tuvo 2.451 páginas. Fue filmado íntegramente, los expedientes digitalizados para cada audiencia, todos los testimonios eran desgrabados, se usó una maqueta virtual en la que se recreó Cromañón, se elaboró un reglamento especial para periodistas y para el público y una oficina especial de la Procuración General de la Nación atendía y contenía psicológicamente a los sobrevivientes de la tragedia que declararon. Para muchos fue el juicio que marcó el futuro de los procesos orales en Argentina. Y además se hizo en la misma sala de audiencias en la que se realizó el juicio a los genocidas de las juntas militares de la última dictadura.

A 10 años del inicio de ese juicio hablan por primera vez con un medio los jueces del Tribunal Oral Criminal 24 que lo realizaron: María Cecilia Maiza y Marcelo Álvero. El tercer integrante, Raúl Llanos, se jubiló.

El tribunal entendió que en Cromañón ocurrió un estrago doloso y condenó a Chabán a 20 años de prisión, a 18 años al manager de Callejeros, Diego Argañaraz, y a un ex subcomisario y absolvió a los músicos. La sentencia iba a ser modificada por Casación. Fue uno de los cuatro juicios que tuvo el caso.

«Cada relato era convivir con la muerte, con el dolor. Esa atmósfera», dice Álvero. «Desde el inicio no teníamos ni siquiera un lugar físico para hacer el juicio», recuerda Maiza. La organización compleja y novedosa para un Poder Judicial acostumbrado a juzgar casos menores y la emotividad de escuchar el testimonio de los sobrevivientes.

 

 

Fuente: Infobae.-

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